El Rojas despide docentes por afiliación gremial
Por: Ezequiel Orlando – 23 febrero, 2012
Publicado en: Actualidad, Notas Destacadas
El Centro Cultural Ricardo Rojas (CCRR), dependiente de la UBA,
cesanteó a los delegados de su flamante comisión interna, afiliada a la
Asociación Gremial Docente (AGD). Se enteraron de su despido luego de
haber difundido un comunicado que denunciaba condiciones precarias de
trabajo. Desde la institución aseguraron que existe una reestructuración
interna por falta de aulas. Los profesores lo refutan indicando que los
únicos cursos cerrados son los de los 5 representantes.
Agustina Lizzi llevaba trabajando 2 años como monotributista para el
CCRR. En la noche del martes 14, algunos de sus alumnos de italiano la
contactaron para preguntarle por qué no figuraba su nombre en las
planillas de horarios. Fue al día siguiente recién que se acercó a la
institución y, para su asombro, la Coordinadora del Programa para
Adultos Mayores de 50 Años, de quien depende, le informó la decisión de
no renovar su contrato debido a una reestructuración. Sus alumnos
recibieron una versión diferente de los hechos: se les dijo que la
echaron “porque Lizzi participaba de actos violentos”.
El resto de sus compañeros se enteró de manera similar. Ninguno
recibió un telegrama, dado que todos trabajaban con contratos anuales o
cuatrimestrales; ni siquiera quienes tienen más años trabajando allí,
como Paula Belmes, que enseña sociología hace 9. Las autoridades en su
momento presentes le adjudicaron la decisión de despedir a los
agremiados a la Coordinadora General Adjunta de Cultura, Cecilia
Vázquez, quien aún no ha dado su explicación de lo sucedido.
Para manifestarse, se organizó un acto en la puerta del instituto el
miércoles 22, al que asistieron profesores, miembros de AGD-UBA, la FUBA
y agrupaciones universitarias de izquierda independientes y
pertenecientes a partidos políticos; todos para exigir la
reincorporación de los despedidos. La AGD ya ha manifestado que
denunciará ante el Ministerio de Trabajo y de la Justicia por una
violación a lo que llaman “el primero de los derechos: el derecho a la
organización [gremial]”.
La Comisión Interna se formó a mediados del año pasado por la
necesidad de los docentes de obtener mejoras en su relación laboral. La
mayoría de los 300 que dictan clases tienen contratos que duran lo que
se extienda el curso, no teniendo vigencia de diciembre a marzo. Tampoco
gozan de días de estudio o enfermedad, ya que dado el caso deben
recuperar la ausencia en diciembre o pagarle personalmente a un
reemplazante. “El salario es muy bajo; como no nos cuentan la antigüedad
hace 2 años que cobramos $45 la hora, que es más o menos $450 al mes
por cada curso. No es casualidad que hayan eliminado los 5 que yo tenía a
cargo y todos los del resto de los delegados”. Agustina Lizzi enumera
así las quejas que desean comunicarles a las autoridades desde
diciembre, quienes no reconocen a la Comisión Interna y aún no la han
recibido. Varios de los profesores del Rojas tenían miedo a participar
sindicalmente ya que daban por hecho una represalia por parte de la UBA.
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